viernes, 21 de junio de 2013

La belleza del peligro

Sentado en aquel bar, observas
a ese tipo, ese rostro familiar.
Es el sacerdote del pueblo
respirando la belleza del peligro.
Que la luna no te distraiga.

Ya existes de nuevo, eres un clásico.
No quieren que emita jucio, buscan
saciar su soledad con la transmigración
silenciosa que viaja para extinguirte.
Tu voz dirige la nave. Substancia musical.

Una orquesta encima de un asteroide
va a reducir a cenizas el planeta plagado
de clones. El planeta te da las gracias 

a su manera.
La montaña respira lo más hondo posible.
Y quítate los lentes con los que
me ves, porque de mí estás teniendo
una perspectiva muy ignorante.

Las hojas secas entran a cada portazo.
¡Cómo ladran los perros en celo con
esta luna tan llena! Como si pudiera
sembrarse sobre el aire. 
Que la luna no te distraiga.
Que bendigo a todo lo que es y lo 

que aún no es.


-Alejandro




viernes, 7 de junio de 2013

El material divino

Bailando sobre una ouija eres la cerámica
que lleva años conmigo.
Tus pies son dos mandalas, tu seis manos.
No mueres lentamente sino, lentamente,
te das cuenta que no puedes morir.

Esperas un día curar con tus manos pero
qué mejor cura hoy, que no enfermar siquiera.

De esa casa sale música muy bella y
espectadores, dóciles y crueles a la vez,
oprimen al músico en vigilia.
Ellos forman filas frente a la pirámide, fuego
en su centro, nada lograrán, ni
a un costado, ni encima. Deben
estar dentro, fuego que eres de
su centro, si quieren que algo suceda.

La música es una ave mítica
que reencarna con cada generación
y la poesía, que alimenta
todos los géneros; una
perla que va de mano en mano
en cada década. Para así plagar al
mundo de mutantes, colecciones de
vidas.

Pedí mi nombre en las nubes y así
ha ocurrido, levanto la mirada. Me
disuelvo, moléculas, polvo, luego
inteligencia suprema.



-Alejandro