lunes, 22 de julio de 2013

Aborigen abducido

Mi aborigen abducido con tu 
Jesús mal digerido de tus cuatro 
inteligencias y amores obtuve la
experiencia hertziana del infinito 
desconocido.

Tu amor físico; como animal, la genética te guía.
Tu amor sexual; incinerante nos construyes,
preservas y destruyes en bucle indefinidamente.
Tu amor emocional; de mil poetas mal citados, 
lanzándome bombas de hormonas con megatones 
de sentimientos difusos.
Tu amor racional; cuya espada de intelecto 
termina conmigo para siempre.

Eres premonición de lo que hoy llaman ángel 
interdimensional, triángulo en el núcleo de 
tus células estás.
Un mensaje del eletctrum; a una computadora
nunca vas a fecundar.
Y mientras tanto, sigue construyendo cosas 
que te aplasten.
Qué bonitas tecleando toda su vida, las marionetas 
están cayendo del subsuelo. 

Yo prefiero el trance de tus propias hormonas 
pineales que tu celo por aquello que inercambias 
por dinero.
 
Finalmente detrás de tus preguntas te ocultas
mi aborigen abducido porque Jehová no cesa 
de violarte tus más ilimitados pensamientos.
Censura a tu sistema que hoy se apaga sin 
conocer la iluminación.
Sin cantares de las cinco notas que provocan 
la lluvia en éstos, los tiempos que vives... pero no vives.


-Alejandro

martes, 9 de julio de 2013

La ruta diurna

Sin miedo vamos
al centro de la Tierra,
las aguas heladas de este
río subterráneo.
Que no hay mejor brujería
que el pensamiento.
No hay pasaporte para visitar
la luna ni visa para llegar
a tu punto de ebullición.

Hago las paces con el mundo
y nunca más los vuelvo a ver.
El sol me cantó dijo aquel 

personaje.
Enroque al rey, caballos que
transpiran sus jinetes de
toda la vida.

Vamos a sembrar vidrios,
entre los surcos de nuestras
dactilares, líneas de Nazca.
Vamos cosechando espejos
del alma porque son los
animales silenciosos de los
más peligrosos.

Todo está muy calmado pero
la realidad es más ruidosa.
Gran proceso de ignorancia
tuve qué atravesar para
llegar a la conciencia y energía.
Como quien alardea todos sus
trofeos en el porche.
Imago antes de poder volar.

Fuera de mis audífonos todo
es feroz guerra. Que hasta
tus rodillas son bellas y
como mi obra póstuma; reunir toda
la tristeza del mundo, cada gesto de 

amargura, de melancolía, cada arruga y
cansancio para encomendarlo
todo a las palomas.



Alejandro