lunes, 25 de noviembre de 2013

Inteligencia suprema

Yo no quiero "triunfar en la vida"
sólo quiero escribir pseudopoesía.
Hacer guiones y grabar garabatos.
Guardar un machete bajo la cama.

Renuncié a todas las ambiciones
convencionales. Te besé en hologramas
mentales.

Yo no quiero viajes de turista, ni
la punta del iceberg. Quiero
sumergirme en cada gueto del mapa.
Mi contendor de edades.

Con esta maquinaria de los dólares
yo simplemente no puedo hacer
simbiosis.

Aquí una pequeña historia: Érase una vez
una mujer cuyo esposo era el hijo de Dios.
Lo mató y cobró el seguro, y con él compró
coronas, países y todos los bancos del mundo.
FIN.


-Alejandro

domingo, 17 de noviembre de 2013

Malegría

Para aquellos que tratan
de darse la vida de un
neoyorkino.
Los perros y los gatos
juegan toda su vida.

¿Para qué saber tanto?
¿Para qué? Para enseñarlo.
Tus diplomados serán
los libros que leas.
Tus cursos serán las
nuevas amistades profundas.
Tus especializaciones
será todo aquello que
puedas enseñar.

Aquí pierden sus poderes;
desde Buda hasta Jesús.
Mi religión es la vida.
Mi oración es la felicidad
donde sea que ésta radique.

Soñé que le escupía al
pesebre, ahí donde
comen las bestias.
Entiende curador las bellas
artes en realidad son
las feas artes.
Aquí podrán desfilar todas
las razas y aún así su esencia
inmortal luce en todas igual.

Después de tanto libro, música,
fotos, pinturas y feas artes,
no soy ni la pizca de lo que 
voy a ser.


-Alejandro

Lo puedo ver en tu peinado de mujer infiel

Ando respirando gamma y
cianuro en humo.
Mi altar consiste en todo
lo que falleció en ti.
Yo no lo puedo creer,
la mujer que eres hoy.
Estás ahí en la caca
del caballo que monta tu esposo.

Quisiera participar
y darte gusto. Pero el
"pero" no es peligroso
y soy antitodo.

Las montañas y su magnetismo
¡¿Monterrey dónde estás?!
Si insectos caminan en tu boca
déjalos alimentarte. Que te
sirvan el café. Yo llegué
a servirte el café.
Cuidado si los católicos
se vuelven punks.

Pinche borracho de tumba.
Quiero matar a mil
coreanos tatuados.
Yakuzas también, Ziabatus también,
hombres grises, rojos, amarillos
también.

Accedo a mi infancia, adolescencia,
adultez y longevidad a la vez.
Lo puedo ver un tu peinado
de mujer infiel.


-Alejandro