Era upair... o aupar algo parecido. Dijo que había aplicado para trabajar de niñera en Seattle. Quería conocer gente gringa fueron sus palabras. Pero a la vez me lo contaba en forma de queja. No estaba nada conforme. Decía que sólo podía trabajar cuatro horas diarias y nunca convivía con nadie aparte de los niños y los padres. Con tal de socializar hasta tomó un disque diplomado de cine que luego me contó estaba muy chafa. En primera porque no llegaba ni a curso y en segunda porque ahí también había puros latinos que como ella buscaban conocer gringos. En ese lugar la gente era extremadamente cerrada. Según yo así es todo Estados Unidos entre vecinos apenas se conocen pero no quise sonar tan pedante. Me dijo que con los veinte dólares que le sobraban no hacía nada, textual: nada. Para agosto estaba programado su regreso a México. Hasta a mí me dio tristeza cuando leí esa última línea. Aun y cuando su experiencia no estaba siendo como ella la esperaba allá pues era Estados Unidos o mejor dicho: NO ERA MÉXICO.
Hablamos unas dos veces, bueno una, porque en la segunda me ghosteó o sea eso yo pensaba hasta que supe por qué me ghosteó.
Su familia está juntando para los gastos. Para ya que trasladen el cuerpo hasta acá y le hagan su velorio y entierro.
¡Ah ya me acordé! era au pair, se fue de au pair.
