Quisiera que murieras por
un día y luego resucites al
tercero, trayendo la enseñanza
que la muerte te dejara.
Pero la cosa iría igual,
pensándolo mejor, de nuevo
germinaría en ti la sustancia
llamada amor hacia un punto
alternativo, adyacente. No me amarías.
Dónde está el placer, el bufete de
los colibríes compitiendo con abejas y
una guitarra texana.
¿Dónde?
Vemos diariamente en las personas
el producto de horas y horas
de creación frente al espejo
pero la atracción es inminente y
el rechazo también.
Hoy quiero ser cegado por el sol
que cuando se nubla nos atrevemos
a más, quizás porque nadie nos ve,
mientras él no nos ve.
También percibir nuevas notas musicales,
acordes ocultos pero evidentes.
Así para cuando quieras imitarme,
tomarme prestado, reharás sólo
un recipiente vacuo. Y por cada
respiro que des, más aire robarás
al cristo.
No sé quiénes son Frida y Diego,
nunca he tenido un billete
de a quinientos.
Sólo recuerda que todo lo
que sabes puede ser mentira.
¿A cuántos poetas pudo haber
leído el primer poeta?
-Alejandro
